lunes, 17 de diciembre de 2012

Un Mundo Feliz

En mi mundo, el mundo feliz, no existe el miedo.
Existe, sin embargo, todo lo demás.
Mi realidad subjetiva es amplia.
No carezco de continentes racionales, ni tampoco de aquellos completamente sentimentales.
Siento la misma rabia que gentileza.
La misma angustia que paz.
Y no tengo miedo de nada. Si algo he aprendido a costa de azotes es a no tener miedo.
A sufrir y a amar.
A aferrarse y a dejar ir.
Puedo morirme mañana o esta misma noche puedo ser víctima de la sombra que veo en la esquina de mi cuarto, pero ya no temo.
No le tengo miedo a nada, hace tiempo no lo recordaba, pero siempre lo supe. Lo he sabido desde niña.
Soy un soldado en mi mundo, soberana y esclava. Todo. Narcisista tal vez. Quinta reina, otro aprendizaje.
De eso se trata de ser reyes de nuestro mundo, aunque sea un mundo absurdo. El mio es feliz, inmesamente trágico y feliz. Atolondrado e intenso, como una criatura de la nueva era, de esas que viven sin miedo, de esas que yo inventé.

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