La cuidad se mueve sola.
Un movimiento consciente me arrastraría hasta ella y me
haría parte de flujo azuloso y vibrante.
Aun puedo defenderme de tales abducciones y sentirme ajena.
Acá arriba mi vida es anacrónica.
No conozco nada de mí y aún así me habito.
Me fumo los cigarros que no me enferman, veo lo que mis ojos
después no ven.
Cápsula tranquila, de fondo de océano muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario